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27 junio, 2019

EL TRATAMIENTO DE LAS DROGAS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Autores: 

Alejandro Perales, asesor Técnico de Asociación de Usuarios de la Comunicación y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos.

Begoña del Pueyo, periodista especializada en adicciones.

 

Un estudio, realizado por la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) para el Plan Nacional sobre Drogas, ofrece reflexiones que pueden ayudar tanto a quienes trabajan en prevención y adicciones en su relación con los medios de comunicación, como a los profesionales de dichos medios. Muy especialmente, contribuye a concienciar sobre la necesidad de una actitud más proactiva por parte de ambos, con el objetivo transmitir informaciones e interpretaciones que permitan ayudar a centrar el fenómeno, lejos de sensacionalismos que distorsionan negativamente la prevención de consumos.

 Retro old microphones for press conference or interview recordinComo primera conclusión del extenso estudio se puede asumir que existe una clara necesidad de conseguir una mayor presencia de las drogas y de su consumo en la agenda de temas de interés de la ciudadanía. La seria preocupación que el consumo recreativo de sustancias adictivas sin duda genera entre los expertos y las autoridades sanitarias, no parece tener reflejo en la opinión pública, al menos si nos fijamos en el hecho de que en los barómetros del CIS apenas aparece entre las principales preocupaciones de los españoles.

Los medios de comunicación desempeñan un papel clave para aumentar la concienciación sobre el fenómeno de la drogadicción y conformar percepción social en torno al fenómeno de las drogas. Prueba es la opinión expresada por los encuestados en el estudio EDADES, cuando se les pregunta las vías fundamentales por donde reciben información sobre drogas: más de la mitad opina que su principal vía de información son los medios de comunicación, muy por delante de profesores, familias e incluso de Internet.

Éste es motivo más que suficiente para que se desarrollen estrategias de comunicación, tanto a nivel institucional como por parte el resto de las organizaciones que trabajan en drogodependencias, que contribuyan a que el relato mediático forme parte de la solución del problema; es decir, que contribuya a reducción del consumo y/o del daño producido por tal consumo.

Proyecto Hombre es, con diferencia, la organización no institucional especializada en drogas con mayor presencia mediática.

¿Quién habla sobre el consumo de drogas en los medios de comunicación?

De acuerdo con el estudio, en casi 6 de cada 10 casos aquellos que hablan en los medios sobre drogas y drogadicción pertenecen al ámbito institucional. 

Las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad de ámbito estatal, autonómico o local siguen siendo una fuente privilegiada de los mensajes sobre drogas; generalmente, esos mensajes se concentran en torno al narcotráfico o a los controles relacionados con la seguridad vial. No obstante, y aunque ello indica la fortaleza y persistencia del modelo “punitivo” tradicional, cada vez se observa mayor presencia mediática del punto de vista sociosanitario; es decir, de la visión de consumo de sustancias como problema de salud pública.

Entre esos enunciadores institucionales, pero no policiales, destaca la relevancia alcanzada por el PNSD como fuente de informaciones y opiniones, que ha crecido notablemente en los últimos años, y que puede atribuirse fundamentalmente tanto a la más amplia difusión de los resultados de la mencionada encuesta ESTUDES, como a su presencia en diferentes actos y jornadas y a la difusión de los objetivos del nuevo Plan Estratégico. 

En comparación con informes anteriores, también se observa una mayor presencia de los partidos pronunciándose sobre diferentes aspectos relacionados con la drogadicción. Puede que ello se deba al peso mediático de diferentes asuntos de actualidad (cuestionamiento de campañas y materiales divulgativos; manifestaciones a favor y en contra de la legalización regulada), pero indica claramente la introducción del problema como parte del debate político. 

Entre los enunciadores no institucionales del discurso mediático sobre la drogadicción, las organizaciones especializadas ocupan el primer lugar del ranking, por delante de los expertos, de otros agentes sociales, de los consumidores y de la ciudadanía en general, a la que se otorga poca legitimación para pronunciarse sobre el tema. Entre esas organizaciones especializadas destaca la presencia de la Asociación Proyecto Hombre, pero cabe mencionar también a la FAD, Energy Control, UNAD, PDS…

Obviamente, los narcotraficantes no suelen tener voz en los medios, salvo algunos muy conocidos.

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¿De quién se habla cuando se habla de drogas?

Si nos referimos no a los enunciadores, sino a los protagonistas del relato mediático, también son relativamente más los pertenecientes al ámbito institucional, aunque en mucha menor medida (3 de cada 10).  

El peso de los cuerpos y fuerzas de seguridad (que “hablan” de lo que ellos mismos “hacen”, y de a quién se lo hacen) pone en valor su eficacia como agente solucionador de los problemas que las drogas, y especialmente consumidores y traficantes, generan. También adquiere cierta relevancia el poder judicial, con algunas sentencias importantes en ese doble plano ya mencionado del narcotráfico y la seguridad vial. En cuanto a los partidos, mantienen un discurso circular o autorreferencial en el que se limitan a hablar de sí mismos y de sus adversarios. 

El peso del PNSD como protagonista es inferior al de su papel como fuente o enunciador, pero supera al de las autoridades sanitarias, ya sean éstas El peso del PNSD como protagonista es ligeramente superior al de las autoridades sanitarias, ya sean éstas de ámbito nacional, autonómico o local.

Adquieren relevancia como protagonistas los personajes populares, que despiertan la atención mediática por incidentes relacionados con las drogas o se asocian a su consumo con motivo de semblanzas biográficas (por ejemplo, obituarios). Ciertamente, la visión de los medios sobre ese consumo suele ser negativa, pero en ocasiones no deja de tener un cierto atractivo como parte de un comportamiento rebelde o transgresor. Atractivo que de modo puntual se deriva también de las declaraciones de esos famosos (actores, cantantes, deportistas, escritores), cuyo papel prescriptor no cabe desestimar.

La ciudadanía en general aparece como una víctima social o familiar de la drogadicción, aunque los medios reflejan también las reacciones cívicas (manifestaciones) contra el narcotráfico.

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¿De qué se habla, cuando se habla de drogas?

Una cuarta parte de los mensajes recoge menciones genéricas sobre “la droga” o “las drogas”, recurriendo también a otras denominaciones más o menos genéricas (“estupefacientes”, “sustancias adictivas”) o parciales (“opiáceos”, “alucinógenos”).

El alcohol es el producto con mayor presencia en los mensajes analizados, con un tratamiento como “droga” que antes se reservaba parea otro tipo de sustancias. Esto indica que los medios son cada vez más conscientes de los problemas asociados a su ingesta, especialmente en el caso de los menores. 

La segunda en referencias, aunque a clara distancia, es el cannabis (hachís o marihuana), haciéndose hincapié en aspectos como la descendente percepción de riesgo asociada a su consumo; la polémica sobre los supuestos efectos terapéuticos, o la regulación de su venta (clubes cannábicos).

En el caso de la cocaína, su relevancia mediática es relativamente alta si se compara con los niveles cuantitativos de consumo, con una imagen, salvo excepciones casi anecdóticas, muy desfavorable. 

El tabaco, cuando el relato mediático se refiere a él como sustancia adictiva, tiene una presencia moderada, pero en auge en comparación con estudios anteriores. Los medios son conscientes de que este consumo dista mucho de ir desapareciendo, y alertan sobre su rebrote y sobre sus nuevas formas de dispensación, o lo comparan con el mundo de los cigarrillos electrónicos.

Los fármacos también son relevantes en el discurso mediático sobre drogas: anfetaminas, estimulantes, y tranquilizantes. En los mensajes analizados también se incluye a los más jóvenes como consumidores, junto al aumento del consumo entre el target mas tradicional, el de las mujeres.

La heroína también registra una presencia en medios superior a su peso en el panorama de las drogodependencias. Los mensajes analizados dan cuenta de un aumento del consumo (esnifado) en EEUU, con un significativo número de titulares que tratan de trasladar la realidad de este consumo a nuestro país, a pesar de que los expertos no consideran que este auge se esté produciendo en España. 

Entre las drogas sintéticas se abordan éxtasis, éxtasis líquido, LSD, Speed, metanfetaminas. También se mencionan los hongos alucinógenos, y cada vez se produce un mayor interés por sustancias de dudosa realidad como la denominada “droga caníbal” o la “burundanga”, o las consumidas por colectivos reducidos en prácticas de “chemsex”.

Cuando el referente son los traficantes, los enunciados se refieren preferentemente al cannabis, en mayor medida que a la cocaína o a la heroína.

 

Localización geográfica. ¿Dónde ocurren los acontecimientos sobre drogas y consumo?

España es el escenario de 8 de cada 10 mensajes analizados. En general, los mensajes de acontecimientos ubicados fuera de nuestro país tienen que ver con el narcotráfico, salvo en el caso de EEUU que también genera cobertura mediática en el ámbito científico o del consumo.

Algunos acontecimientos de ámbito mundial que merecen el interés mediático son los pronunciamientos de la OMS sobre el tabaco o los debates de ONU en torno a la legalización.

En España, la localización de los mensajes sitúa los “puntos calientes” fundamentalmente en Andalucía, y, a cierta distancia, en Galicia. En ambos casos los medios recogen asuntos relacionados con el narcotráfico: El Campo de Gibraltar como escenario de conflicto, los bienes incautados a los narcotraficantes, el  asunto “Fariña” (libro y serie).

Aragón se sitúa en tercer lugar, en buena parte por la polémica suscitada en torno a un folleto editado por el Ayuntamiento de Zaragoza centrado en la reducción de daños.

Reporter. Taking notes. Media interview.

¿Cuáles son los enfoques de los mensajes analizados? 

8 de cada 10 mensajes analizados se desarrollan en el contexto de la tenencia y consumo de sustancias, con una presencia casi testimonial de la producción, fabricación, distribución y venta.

Los asuntos relacionados con la prevención del consumo priman sobre los que abordan el tratamiento del mismo.

Cuando el enfoque no es estrictamente punitivo (legal y de orden público), se trata el problema de las drogas sobre todo como un fenómeno de salud pública, y en un lejano segundo plano con un enfoque sociocultural 

 

¿Cuál es la valoración del fenómeno de la drogadicción?

En general, los enunciadores de los mensajes analizados se manifiestan a favor de evitar los efectos negativos del consumo de drogas y consideran positivos los esfuerzos para evitarlos.

Las situaciones sujetas a polémica son las relacionadas con las iniciativas encaminadas a la reducción del daño que, para algunos agentes institucionales y sociales son eficaces mientras que para otros no sólo no ayudan a no consumir o consumir menos, sino que puede potenciar dicho consumo.

Los escasos mensajes favorables al consumo de drogas localizados en la muestra analizada lo hacen a través de un relato en el que desdramatizan, minimizan o relativizan sus efectos.

Esa valoración negativa hace hincapié en aspectos como la falta de seguridad, los efectos físicos y psicológicos, la falta libertad y de sociabilidad que comporta el consumo. Otros atributos asociados son más ambivalentes, como la diversión, la pertenencia al grupo, la rentabilidad la libertad de elección o el “estar al día”.

Pueden destacarse algunas diferencias por sustancias, como el hecho de que el alcohol se asocia todavía más a los inconvenientes del botellón que a los efectos negativas en la salud. El tabaco es la sustancia que se asocia de una forma más clara con los efectos mortales de su consumo. El cannabis es la sustancia que se asocia en positivamente a esas dimensiones de libertad, amistad y pertenencia a las que nos referíamos, e incluso a otras como la sociabilidad y el bienestar físico.

La valoración sobre la cocaína y la heroína en los mensajes mediáticos es claramente desfavorable.

En el caso de los fármacos, en los medios se trata de modo relativamente favorable por sus efectos en el rendimiento personal, aunque la valoración global sea negativa.

Respecto a las drogas de síntesis, parecen haber perdido, al menos en el discurso mediático, su halo de identidad cultural juvenil y de modernidad.

Cabe señalar, finalmente, que tanto en el caso de las fuerzas y cuerpos de seguridad como en el de las autoridades sanitiarias y el PNSD, existen críticas, que suelen relacionarse, no con lo que “hacen”, sino con lo que “no hacen”, por falta de recursos, visión o voluntad. Dicho sea sin menoscabo de su imagen global mayoritariamente muy favorable. 

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