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16 septiembre, 2019

El fenómeno de las drogas: la situación europea

Alexis Goosdeel

Director del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA)

Presentación en la conferencia: XXI Jornadas de la Asociación Proyecto Hombre: “Jornadas Internacionales Impulsando la Incorporación Sociolaboral”, 16 de mayo, Madrid

1. Tendencias y acontecimientos recientes: el resurgir de la cocaína en un mercado dinámico de drogas

En los últimos años se han encontrado pruebas de un aumento de la disponibilidad de la cocaína en Europa. Este hecho se produce en el contexto de un mercado dinámico de drogas que sabe adaptarse con rapidez ante las medidas de control de estupefacientes.

De forma generalizada, la disponibilidad de drogas es alta y parece ir en aumento en ciertos sectores. Las últimas cifras muestran que en Europa (los 28 Estados miembro, Turquía y Noruega) tuvieron lugar más de un millón de incautaciones de drogas ilegales en 2016. Más de 92 millones de adultos de la Unión Europea (entre 15 y 64 años) han probado alguna droga ilegal en algún momento de su vida, y alrededor de 1,3 millones de personas recibieron tratamiento por el consumo de drogas ilegales en 2016 (en los 28 Estados miembro de la UE).

1.1. Cocaína: aumento de disponibilidad y mayor pureza en una década

La cocaína es la droga ilegal estimulante más común en Europa. Alrededor de 2,3 millones de adultos jóvenes (entre 15 y 34 años) han consumido esta droga en el último año (en los 28 Estados miembro de la UE). En un escenario en el que aumenta el cultivo de coca y de la producción de cocaína en Latinoamérica, el mercado europeo de la cocaína está en alza, existiendo indicadores que apuntan a una mayor disponibilidad de la droga en muchos países. Aunque el precio de la cocaína se ha mantenido estable, en 2016 su pureza en la calle alcanzó su máximo nivel en una década. También ha aumentado el número de incautaciones de cocaína. En 2016, en Europa se registraron unas 98000 incautaciones de la droga (90000 en 2015), lo que supuso un total de 70,9 toneladas.

Un estudio reciente para detectar restos de drogas en las aguas residuales municipales en varias ciudades, reveló que entre 2015 y 2017 se produjo un aumento de residuos de cocaína en 26 de las 31 ciudades estudiadas en dicho periodo. Los rastros más altos se hallaron en ciudades de Bélgica, los Países Bajos, España y Reino Unido, y los más bajos en las ciudades estudiadas de Europa del Este.

El Informe Europeo sobre Drogas de 2018 (IED) del OEDT revela un incremento en el número de nuevos ingresos en los centros de tratamiento especializados en cocaína. En 2016, 30300 usuarios ingresaron por primera vez a dichos centros de tratamiento para resolver problemas relacionados con esta droga, más de un 20% más que en 2014. En 2016, un total de más de 67000 usuarios ingresaron en centros de tratamiento especializados para resolver problemas relacionados con la cocaína. Especialmente preocupante son las 8300 personas que ingresaron en estos centros por consumo de cocaína en crack en 2016. Además, la cocaína aparece como la segunda droga más habitual en los informes sobre drogas de los hospitales elaborados en una red de 19 hospitales Centinela en 2016 (Euro-DEN Plus).

Parece ser que también están cambiando los métodos de tráfico y las rutas. La Península Ibérica, históricamente principal punto de entrada en Europa de envíos de cocaína por mar, sigue siendo fundamental pero los datos de 2016 revelan que ha perdido importancia, registrándose en la actualidad un mayor número de incautaciones en puertos de contenedores más al norte. En 2016, en Bélgica se incautaron 30 toneladas de cocaína (el 43% de la cantidad total anual de cocaína incautada en la UE).

1.2. Signos del aumento de la producción de drogas dentro de Europa

Parece que el aumento de la producción de cannabis de alta potencia dentro de Europa ha impactado en las actividades de los productores de cannabis de fuera de la UE, como se ve en la mayor potencia de resina de cannabis introducida en Europa, Marruecos. También hay indicios de que las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), producidas normalmente en China y enviadas a Europa para ser envasadas, a veces se fabrican dentro de las fronteras europeas.

1.3. Cannabis: la disponibilidad y el consumo siguen siendo elevados, y las cambiantes políticas internacionales podrían suponer un desafío para Europa

El cannabis sigue siendo la droga ilegal más utilizada en Europa y su relevancia se evidencia en los datos de prevalencia, delitos contra la ley de drogas, incautaciones y nuevas demandas de centros de tratamiento. Alrededor de 17,2 millones de adultos jóvenes, de entre 15 y 34 años, han consumido esta droga en el último año (en los 28 Estados miembro de la UE), y alrededor del 1% de los adultos europeos, de entre 15 y 64 años, la consumen todos o casi todos los días.

El cannabis estuvo presente en el 77% de los 800,000 delitos por consumo y posesión de drogas registrados en la UE en 2016, por los que se conoce como droga básica. También es la droga que más se incauta, con 763,000 incautaciones de productos de cannabis en la UE en 2016. El cannabis es la causa de la mayor parte (un 45%) de los nuevos ingresos en los centros de tratamientos de drogas en Europa (en los 28 Estados miembro de la UE, Turquía y Noruega). El número de nuevos ingresos por problemas relacionados con el cannabis aumentó de los 43,000 en 2006 a los 75,000 en 2016 en los 25 países con datos registrados en ambos años.

En parte de América, los cambios recientes en el marco legal para el cannabis, incluida la legalización en algunas jurisdicciones, han llevado a la rápida aparición en estos lugares de un mercado comercial lúdico de dicha sustancia. Esto se traduce en una innovación de los sistemas de distribución y en el desarrollo de los productos del cannabis (p.ej., líquidos, productos comestibles y variedades de alta potencia).

No está muy claro cuáles serán las consecuencias para Europa si se desarrollase un gran mercado legal de esta droga en algunos lugares de América, pero no se puede descartar que influirá en los patrones de suministro o consumo en Europa. El OEDT está siguiendo de cerca los acontecimientos internacionales sobre la regulación del cannabis para facilitar una comprensión profunda de los cambios que están teniendo lugar y ayudar a identificar cualquier impacto que puedan tener en la situación europea. Entre las cuestiones políticas que reciben una mayor atención en el contexto del cambio de las perspectivas internacionales sobre la regulación del cannabis, están el consumo de dicha droga y conducir bajo los efectos de la misma. Este es el eje central de un informe reciente del OEDT basado en los conocimientos de expertos internacionales.

1.4. Menor número de nuevas sustancias psicoactivas detectadas, pero más evidencias de daños

Las nuevas sustancias psicoactivas (NSP o «nuevas drogas») siguen suponiendo un gran desafío para la política y la salud pública en Europa. Las NSP comprenden una serie de sustancias, entre las que se incluyen los cannabinoides sintéticos, los opioides, las cantinonas y las benzodiacepinas, que no pasan por los controles internacionales de medicamentos. En 2017, fueron registradas 51 nuevas drogas por primera vez por el sistema de control preventivo europeo (EWS, por sus siglas en inglés), una media de una por semana. Aunque el número total anual de nuevas sustancias que aparecen en el mercado se ha reducido en determinados años (98 en 2015, 101 en 2014), el número total de NSP existentes sigue siendo elevado. A finales de 2017, el OEDT registró más de 670 NSP en comparación con las cerca de 350 de 2013. Los daños a la salud relacionados con los nuevos cannabinoides y opioides sintéticos, incluyendo las intoxicaciones agudas y las muertes, llevaron al OEDT a realizar nueve evaluaciones de riesgos sin precedentes en 2017.

Los nuevos cannabinoides sintéticos, de los cuales 179 se han detectado desde 2008 (10 en 2017), representan el mayor grupo químico controlado por el OEDT. A menudo se venden como «mezclas de hierbas para fumar» y son las NSP que se incautaron con mayor frecuencia en 2016 (algo más de 32,000 incautaciones registradas en comparación con las 10,000 de 2015). Este número supuso casi la mitad del número total de incautaciones de NSP notificadas al observatorio en 2016. En 2017 se evaluaron los riesgos de cuatro cannabinoides sintéticos (AB-CHMINACA, ADB-CHMINACA, 5F-MDMB-PINACA y CUMYL-4CN-BINACA).

Cada vez se detectan más nuevos opioides sintéticos altamente potentes (sobre todo, derivados del fentanilo), que minimizan los efectos de los opiáceos de origen natural (p.ej., la heroína y la morfina). A veces, estos se encuentran disponibles en nuevos formatos (p.ej., sprays nasales) o son vendidos o mezclados con drogas ilegales como la heroína o la cocaína.
Desde 2009, se han detectado en el mercado de la droga europeo un total de 38 nuevos opioides sintéticos (en 2017 se detectaron 13). Los derivados del fentanilo, protagonistas clave de la crisis actual de opioides en EE.UU, son objeto de preocupación y vigilancia constante en Europa. Estas sustancias, a veces más potentes que la morfina, supusieron más del 70% de las aproximadamente 1600 incautaciones de nuevos opioides sintéticos registradas en 2016. En 2017, el EWS informó sobre diez nuevos  derivados del fentanilo, cinco de los cuales fueron valorados como «de riesgo» (acriloilfentanilo, furanilfentanilo, 4-fluoroisobutirilfentanilo, tetrahidrofuranilfentanilo y carfentanilo).

1.5. Prisiones: con la atención puesta en el cuidado de la salud y en las nuevas drogas

Las prisiones son un entorno crítico para abordar las necesidades sanitarias de los consumidores de drogas, y hacerlo puede aportar beneficios a la comunidad en general (p.ej., previniendo sobredosis tras ser puesto en libertad, reduciendo la transmisión de enfermedades infecciosas como el VIH y el VHC relacionadas con las drogas, etc.). El IED de 2018 destaca las posibilidades de intervenir en este entorno y pone el foco de atención sobre la variabilidad nacional de la prestación de servicios.

En un nuevo estudio realizado en varios países publicado con el IED de 2018, el observatorio investigó el aumento de problemas de salud y seguridad derivados del consumo de NSP en las cárceles. «El consumo de NSP y los daños derivados del mismo suponen, a día de hoy, un importante nuevo desafío para el sistema penitenciario europeo», afirma el estudio. De los cuatro tipos principales de NSP hallados en las prisiones, los más comunes son los cannabinoides sintéticos. Entre los aspectos más importantes de su consumo en las prisiones se incluyen la facilidad con la que pueden ser objeto de contrabando (p.ej., licuadas o rociadas sobre papel o telas) y la dificultad para ser detectadas en las pruebas antidrogas.

1.6. Ventas por internet y surgimiento de nuevas benzodiacepinas

Aunque en términos de volumen aún sigan predominando los mercados tradicionales de la droga que no utilizan internet, cada vez son más importantes los mercados online, suponiendo un nuevo desafío para las medidas de control de drogas. Un estudio reciente elaborado por el OEDT y la Europol identificó más de 100 mercados darknet, en los cuales alrededor de dos tercios de las ventas están relacionadas con las drogas. Parece que el internet superficial y las redes sociales también tienen una importancia cada vez más creciente, especialmente en lo que se refiere al suministro de NSP y al acceso a medicamentos que no se utilizan de manera adecuada.

El IED de 2018 es bastante preocupante en lo referente a la aparición, tanto a pie de calle como en la web, de nuevas benzodiacepinas y medicamentos no autorizados por la UE. Actualmente, el OEDT ha registrado 23 nuevas benzodiacepinas (de las cuales 3 fueron detectadas por primera vez en Europa en 2017). Algunas se venden bajo su propio nombre (p.ej., diclazepam, etizolam, flubromazolam, flunitrazolam, fonazepam). En otros casos, los productores utilizan estas sustancias en la elaboración de falsificaciones de medicamentos benzodiacepínicos que se prescriben con frecuencia (p.ej., diazepam, alprazolam) y que después son vendidos en el mercado ilegal. En 2016, se incautaron más de medio millón de pastillas que contenían nuevas benzodiacepinas o sustancias similares, aproximadamente dos tercios más que la cantidad incautada en 2015.

En un análisis publicado en el IED de 2018, el OEDT estudia el uso indebido de benzodiacepinas entre los consumidores de opioides de alto riesgo en Europa. Aunque estos medicamentos se recetan con fines terapéuticos a consumidores de drogas de alto riesgo, las benzodiazepinas pueden ser utilizadas de forma indebida, contribuyendo a aumentar la morbilidad y la mortalidad dentro de este grupo. Alrededor del 40% de las personas que ingresaron en centros de tratamiento por el consumo de opioides primarios afirmaron que las benzodiazepinas son un problema secundario. El estudio incluye un calendario de cuándo fueron notificadas las nuevas benzodiazepinas al OEDT.

1.7. Muertes por sobredosis y el papel de la naloxona en la prevención

Existe una gran preocupación por el alto número de muertes por sobredosis de drogas en Europa, que ha aumentado en los últimos cuatro años. Se estima que en 2016 se produjeron en Europa (los 28 Estados miembro de la UE, Turquía y Noruega) más de 9000 muertes por sobredosis, principalmente relacionadas con la heroína y otros opioides, aunque a menudo se combinan con otras sustancias, especialmente alcohol y benzodiacepinas.

Los desafíos que plantean los nuevos y los antiguos opioides sitúan el nuevo punto de mira en el papel del antídoto opioide, naloxona, en las estrategias de respuesta a las sobredosis. El IED de 2018 subraya la necesidad urgente de «revisar las políticas actuales de la naloxona y aumentar la capacitación y la concienciación de los consumidores de drogas y los profesionales que traten con estas drogas».

2. Conclusiones

Gracias al «enfoque de equilibrio» y a la formulación de políticas cooperativas en materia de drogas, la Unión Europea y sus Estados miembro han conseguido importantes logros, como:

  • Un mayor aumento en la disponibilidad de tratamientos: mientras que en 1990 hubo alrededor de 30,000 personas que recibían tratamiento de sustitución con opioides (OST, por sus siglas en inglés), el año pasado hubo alrededor de 650,000 personas en OST en la UE y, en general, aproximadamente 1,3 millones de personas en tratamiento por problemas de consumo de drogas;
  • Las muertes relacionadas con las drogas se han estabilizado en los últimos años con alrededor de 9000 personas que murieron por sobredosis en 2017 en Europa, en comparación con aproximadamente 72,000 en EE. UU. durante el mismo período;
  • Una reducción importante de las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas y, en particular, de las infecciones por VIH relacionadas con las drogas, que ha alcanzado su nivel más bajo en las últimas tres décadas;
  • Un número récord de más de 80 millones de jeringas distribuidas a personas que se inyectan drogas, lo que permite reducir considerablemente las conductas de riesgo asociadas con el consumo de drogas inyectables;
  • La adopción de estándares mínimos de calidad y el desarrollo de un conjunto integral de respuestas sanitarias y sociales al problema de las drogas por parte de los 28 Estados miembro;
  • La consolidación del sistema de control preventivo europeo (EWS, por sus siglas en inglés) sobre nuevas sustancias psicoactivas (NSP) establecido en 1997, que controla permanentemente más de 670 NSP a través del sistema de alerta europeo, y que con sus evaluaciones de riesgo proporciona las pruebas necesarias para que la UE y sus Estados miembro decidan acerca de las medidas de control a nivel de la UE a tomar.

Trabajando en estrecha colaboración, reuniendo y proporcionando pruebas científicas necesarias para respaldar la toma de decisiones sobre las políticas sobre drogas, hemos logrado salvar vidas en Europa y dar respuestas más rápidas a las amenazas emergentes.

A modo de conclusión, me gustaría destacar una vez más que lo que diferencia a la situación europea y sus políticas de drogas es un enfoque desarrollado durante años basado en la «compasión, la ciencia y los derechos humanos». Esto también es lo que sustenta el enfoque de la UE y sus Estados miembro en los foros internacionales, especialmente en el contexto de la Sesión Especial sobre Drogas de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) de 2016 y en las negociaciones posteriores para la preparación de la Conferencia Ministerial de la Comisión de Estupefacientes de 2019.

Después de muchos intentos y muchos experimentos sociales, con sus éxitos y fracasos, hemos adoptado en Europa un método en el que las personas que consumen drogas son consideradas socios, sujetos, ciudadanos y seres humanos que merecen el mismo respeto y los mismos derechos.

Debemos trabajar juntos para compartir estos conocimientos con todas las personas que sufren las consecuencias del consumo de drogas y sus familiares, y procurar garantizar que los estigmas y la mentalidad no aumenten su desesperación ni tengan un impacto negativo en nuestras comunidades.

 

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