La mujer está sola ante la adicción

¿Quién las acompaña a ellas?

La perspectiva de género es necesaria también en adicciones

Todos los datos recogidos desde los programas de Proyecto Hombre muestran que el número de mujeres en tratamiento con problemas de adicción es significativamente inferior que el de hombres (15% de mujeres frente al 85% de hombres). Según el Informe de 2014 del Observatorio de Proyecto Hombre se puede observar una proporción menor de mujeres dada la existencia de una mayor dificultad en el acceso a los recursos por parte de estas.

¿A qué se deben estas barreras de acceso al tratamiento?

El menor acceso de las mujeres al tratamiento se debe principalmente a dos factores: a la menor permisividad social que recibe la mujer con problemas de adicciones y, por otro lado, a las barreras de acceso que ellas tienen, como pueden ser las cargas familiares (hijos, padres o pareja a su cargo). El 90% de las mujeres perciben que se les culpa más que a los varones del consumo de drogas. De esta forma, la mujer soporta una mayor presión social, así como un rechazo, cuando se enfrenta a problemas de adicción.

La mujer soporta una mayor presión social y rechazo cuando se enfrenta a problemas de adicción. Click Para Twittear

No nos resulta extraño que sean las mujeres quienes acompañen habitualmente a los varones en las salas de espera del médico pero, sin embargo, ¿quién las acompaña a ellas? En los casos de enfermedad las mujeres suelen ir acompañadas por otras mujeres o en soledad. Cuando el problema viene dado por la adicción esta soledad se incrementa hasta convertirse en un rechazo directo de la mujer drogodependiente. Esto provoca que las mujeres que padecen problemas de adicción sientan un mayor sentimiento de culpabilidad, así como una valoración negativa de sí mismas. A una mujer reconocer el consumo de sustancias le provoca un coste social mucho más elevado que al varón, poniendo en duda incluso su competencia en su rol como mujer.

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¿Qué podemos hacer para cambiar esto?

Este retraso en la búsqueda de tratamiento o la total ausencia de demanda de ayuda provoca una negación de la existencia del problema. ¿Es que acaso las mujeres no padecen problemas de adicción? La respuesta es sí y, además, los padecen en soledad, con una clara desventaja a la hora de acceder al tratamiento o a algún tipo de ayuda.

Es por toda esta problemática por lo que es necesario adoptar una perspectiva de género también en las adicciones, que nos permita profundizar en la investigación de las causas que obstaculizan el ingreso de las mujeres a tratamiento y favorecer el acceso de las mujeres a los programas y su adherencia a los mismos.

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